Resumen:
El Chaco paraguayo está cambiando radicalmente su fisonomía. Dista cada vez más de la imagen salvaje e impenetrable que los medios de comunicación comercial, los gremios empresariales y los políticos intentaron instalar históricamente, y al mismo tiempo ocultan los cambios que están sucediendo en el territorio. Ciertamente, las primeras empresas –que hoy pueden ser llamadas extractivistas– se instalaron en el territorio a finales del siglo XIX, sin embargo, el impacto de las mismas no se equipara a los actuales. Desde mediados del siglo pasado, aumenta cada vez la presencia de inmigrantes y empresas extranjeras dedicadas a la producción agrícola, ganadera, petrolífera, y extracción de bienes colectivos. En las últimas décadas, instituciones ambientales conservacionistas están modificando sustancialmente el territorio del Chaco paraguayo.