Descripción:
En este artículo se sostiene que la nueva política petrolera es nacionalista por buscar consolidar el complejo industrial, el capital nacional y la participación empresarial venezolana en la industria petrolera. Distingue el autor entre nacionalismo y proteccionismo, y argumenta su convencimiento de que la política en marcha, siendo nacionalista, no es proteccionista. Pieza clave en el desarrollo exitoso de esta política es la formación de capitales y operadoras nacionales. Se enuncian acciones a implementar para el logro de ese objetivo. Especial atención se presta al sector de bienes y servicios y advierte sobre los peligros de la nueva ley de licitaciones en el desarrollo y fortalecimiento de ese sector nacional. Concluye insistiendo en que del discurso político hay que pasar al programa práctico y que no son suficientes las buenas intenciones para desarrollar el potencial de nuestra industria petrolera.