El presente artículo realiza un acercamiento general a las dinámicas escolares que se originaron desde la promulgación del Decreto Orgánico de Instrucción Pública de 1870, el cual tenía el plan de dirigir una educación laica centralizada, formando a las personas para una sociedad moderna. Sin embargo, este plan distaría mucho de la realidad del Estado Soberano; la falta de materiales didácticos para enseñar y el desconocimiento por parte de los maestros de la pedagogía pestalozziana, impactaría negativamente la aplicación del plan. Finalmente las reformas chocaron con el poder social de la Iglesia, que se oponía a la reforma educativa.