El artículo analiza los significados de la diversidad cultural, el multiculturalismo y la interculturalidad, interconectándoles al acto educativo.  De esta manera, se parte de la premisa de que la diversidad es algo inherente al ser humano, que exhibe las cualidades peculiares de los habitantes de determinadas locaciones geográficas y los rasgos que hacen única su cultura. Dentro de este universo, el multiculturalismo se define como el reconocimiento a la existencia de la diversidad, a crear condiciones de respeto y de tolerancia para convivir dentro de la sociedad, pero manteniendo un logos hegemónico que condiciona las prácticas sociales, adecuándose a intereses globales que plantean la diversidad y la inclusión, enmascarando el estatus hegemónico occidental. A partir de ello, se asume la urgencia de entrar en temática intercultural, en diálogo entre culturas, pero los enfoques paradigmáticos de la Educación Intercultural Bilingüe, han fracasado a la hora de trascender las limitaciones de la multiculturalidad. La interculturalidad, por ende, ha de conectarse a propuesta descolonizadoras, a la transformación de la realidad, adquiriendo un genuino significado en la praxis pedagógica otra, como un proyecto epistémico y político otro, con posibilidades de crear imaginarios distintos, donde se den procesos permanentes de cambios, de desarrollo y de espacio para la integración de identidades alternativas.