Descripción:
El texto muestra que si un maestro/a y un estudiante incluyen en su visión de mundo el valor que tiene la experiencia estética para sus vidas, su relación con los otros y la ciencia que estudian, puede ser distinta. Esta visión, nos permite decir que no somos moralmente competentes, pues no existen respuestas adecuadas, ya que nos enfrentamos a la recontextualización permanente de nuestras vivencias, y en ellas, el yo, el otro, la ciencia, la cultura y la sociedad, son ámbitos en evolución permanente, que también pueden ser considerados como espacios de aprendizaje.