Descripción:
La evaluación educativa, desde una perspectiva sumativa, pretende objetivizar los aprendizajes y concebir técnicas y usos enfunción de la racionalidad instrumental que propone la evaluación como promoción y no como proceso formativo. Dicha representación de la evaluación como salvoconducto cultural fija unas arbitrariedades en los actos pedagógicos que amplían asimetrías entre maestro y estudiante. En ese sentido, una posibilidad para transformar esas relaciones de poder se plantea desde los dilemas ético-políticos, que suponen la importancia de la negociación, la autonomía y la persuasión en todo acto educativo. La toma de decisiones reflexivas en la evaluación, en razón a los sujetos, los fines, el contexto, lo teórico y lo técnico, permitirá a los maestros y las maestras en formación deconstruir aquella representación de la evaluación como salvoconducto cultural y transitar por las sendas de la evaluación formativa.