Resumen:
Desde los albores del capitalismo el mundo se polarizó con sus rasgos y constantes históricas. El capitalismo mundial, posteriormente denominado como Norte, se reservó las claves de acumulación, crecimiento y desarrollo, con el predominio o rectoría de la división internacional del trabajo que se configuraba. Mientras, el posteriormente denominado como Sur era obligado a asumir una posición periférica y dependiente en ese marco. Sin embargo, esa división no es homogénea en cada una de sus partes, las diversas regiones del Sur –y también del Norte– tuvieron peculiaridades en su inserción al sistema. No hay parámetros idénticos para los países subdesarrollados en África, Asia y América Latina.