Resumen:
El inicio de la construcción democrática en el Perú, en el año 2000, reveló la profunda crisis de las fuerzas armadas. Luego de superarse el autoritarismo fujimorista, al que apoyaron para facilitar sus objetivos específicos –contrainsurgencia y antinarcóticos-, pudo comprobarse que las fuerzas armadas peruanas subsistían bajo premisas anacrónicas, tanto en sus funciones como en su organización. A pesar de las evidencias en contrario, se consideró que esta crisis respondía a aspectos coyunturales, como la corrupción expandida entre los mandos de estas instituciones. Pero, lo cierto es que se debió a factores estructurales ubicados en las relaciones que las fuerzas armadas mantuvieron con el sistema político, la sociedad civil y el Estado. Es decir, las dificultades de los militares peruanos se originaron décadas atrás, cuando agotan su agenda de seguridad nacional con las reformas llevadas a cabo durante el régimen que condujeron entre 1968 y 1980. Luego, la lucha contrainsurgente y la represión al narcotráfico, durante las décadas de los `80 y `90, mostraron sus limitaciones al dar como resultado un alto costo social e institucional. Este tema, fundamentalmente en la historia institucional del Perú, es lo que aborda el presente libro. A través del siglo XX, los militares habían construido un proyecto de desarrollo bajo el eje de la seguridad, además de convertirse en el segmento más profesionalizado del Estado. Su crisis, de alguna manera, es reflejo de la crisis de un Estado que aún no logra reordenarse bajo pautas democráticas, luego del colapso del orden jerárquico en los años `60.