Descripción:
No es posible percibir el brillo de las luciérnagas bajo una máxima exposición lumínica. El brillo de las luciérnagas, que da título a este ensayo, pretende funcionar como metáfora de un cierto diagnóstico de nuestra contemporaneidad cuyas características hacen imposible la recuperación de una experiencia educativa entendida como un gesto de luz en un contexto ensombrecido por una cultura que impide experimentar la vida como una obra de arte. A tal fin, el objetivo de este texto es pensar una pedagogía de la presencia como tentativa de traducción de lo que Walter Benjamin llamó la dignidad de la experiencia. Al amparo de una reflexión filosófica de la educación inspirada en la antigua tradición de la filosofía como forma de vida, aquí se sostiene que es relacionándonos poéticamente con la realidad -en vez de distanciándonos críticamente de ella- como nos hacemos visibles ante nosotros mismos en lo que pensamos y en lo que hacemos.