Resumen:
En la últimas tres décadas, el sistema político mexicano sufrió una transformación radical. De un régimen autoritario –que logró institucionalizar una Revolución mediante la construcción de un régimen corporativo políticamente excluyente, pero socialmente comprometido y progresista–, se pasó a un juego electoral cada vez más abierto y competitivo, libre y plural. No obstante, esta liberalización política se produjo en un contexto económico singularmente adverso, y se acompañó del retiro del Estado benefactor, del abandono de muchas políticas públicas redistributivas y de la reversión de sendas conquistas sociales. La presente investigación busca contribuir a comprender los cambios y las continuidades que generó esta profunda mutación socio-económica en el ámbito de la participación político-electoral.