Descripción:
En un contexto cualitativamente sobreacumulativo, el capitalismo ha llegado a su colapso al hacer coincidir la crisis económica, la ecológica y otras relacionadas. Pero también es un momento de debilidad material, una debilidad en cuanto a su influencia psicológica e ideológica y en cuanto a su poder político y de convocatoria. Esta es la condición de posibilidad para que se abra el tiempo del sujeto o de las revoluciones. En tal coyuntura se abre una doble vertiente histórica de acciones posibles: por una parte, gestiones que tienen su curso al lado de la dinámica de transformación de la gestión estatal capitalista y, por otra, contra ella, o al margen de ella (en estos últimos dos casos, se sobreentiende que la acción social transcurre como defensa frente a la política estatal vigente). Es el tiempo de las solidaridades de las clases subalternas, la solidaridad de los pobres; es el tiempo de las autonomías. Pero se requiere la elaboración teórica de otro modelo de cultura y otro de política, una nueva ética y epistemología, además de otro modelo de economía.