Resumen:
Nos preguntamos cómo una decisión respecto a la ordenación común se constituye en legítima, aceptada por fundar una referencia como autoridad compartida, y habilitada, por ello mismo, a regular la vida y los intercambios en la experiencia social. La búsqueda, entonces, se orientaba a investigar sobre los criterios que determinarían la preeminencia de un pensamiento normativo, de una concepción de la soberanía. Búsqueda emprendida con la impronta de que ello no puede ser suficientemente explicitado –su funcionamiento– si no se apela a una comprensión de lo político como ontología y, desde allí, a su relación con la moral y el derecho. Es decir, le reconocemos a la política, y a la pregunta sobre su "ser", un espacio de autonomía como dispensador de conceptos a partir de su carácter relacional y dinámico con sus determinaciones ónticas.