Descripción:
Las mismas viejas fórmulas redentoras embalsamadas con encendida defensa de la democracia es la cara que nos muestra ahora el caudillismo. Sus líderes conservan el discurso antiimperialista, anti-oligarca, estatista, tercermundista de los siglos XIX y XX, y una novedad impensable en el populismo tradicional: llegan a declararse comunistas, seguidores del marxismo-leninismo y del modelo cubano. Promueven elecciones, hacen constituciones y mantienen la apariencia de la separación de poderes. Lo que algunos analistas llamaron "superficial y apresuradamente" "la hora de la izquierda" nunca fue tal cosa, el modelo se ha estancado pero las condiciones que facilitaron el ascenso del autoritarismo están aún presente en algunos países de Latinoamérica.