Descripción:
Los obstáculos y complejidades derivados de las experiencias de la izquierda radical latinoamericana en Venezuela, Bolivia y Ecuador en el siglo XXI son diferentes a los de gobiernos izquierdistas del siglo XX en el mundo. Su análisis de clase concuerda con el énfasis «posmarxista» en la heterogeneidad y el carácter irreconciliable de intereses entre los que apoyan el proceso de cambio. Esa complejidad contradice la tesis simplista de «izquierda buena» e «izquierda populista» defendida por Jorge Castañeda. Aunque el pensamiento de sus líderes se fundamente en el marxismo, la identificación con la tradición y el nacionalismo latinoamericano influye en las posiciones respecto al peso relativo de los sectores marginales en la lucha política; priorización de las metas sociales sobre las económicas; identificación con el cristianismo y promoción de la unidad latinoamericana.