Descripción:
El principio de unicidad social y política rige el discurso y la práctica del populismo chavista. Mas la imposición de este principio ha encontrado resistencias dentro del movimiento y en la sociedad venezolana. Así, el régimen ha derivado hacia un autoritarismo electoral que refleja las contradicciones entre la aspiración a la hegemonía y la inevitable diversidad consustancial a los sistemas políticos pluralistas. Este autoritarismo electoral se aplica a los actores opositores, percibidos como «enemigos», pero también se ejerce en el interior de las organizaciones «amigas», es decir, leales al gobierno. Estas prácticas intentan reducir la diversidad sin lograrlo completamente, por lo que las tensiones siguen presentes ante la coyuntura electoral y la incertidumbre sobre la capacidad del presidente para seguir ejerciendo sus funciones.