Resumen:
Los y las jóvenes pertenecen también y con mucha presencia al mundo local, especialmente, en la vida cotidiana familiar y comunitaria. Es común presenciar sus dinámicas colectivas informales y formales en las calles, las plazas, las "canchas", las "esquinas". Son dinámicas que se expresan a través de las relaciones de amistad y amor, la asociatividad informal y la organización juvenil. También inundan los espacios escolares en sus relaciones de compañeros y la organización estudiantil, hoy cada vez más informal, al sentar presencia en el "patio", los baños y los "alrededores". Desde la perspectiva adulta, puede considerarse que este capital social es débil y en permanente riesgo por cuanto son espacios muy permeables a ofertas disfuncionales. Empero, también puede aducirse que estas relaciones complementan las familiares y educacionales, aportando orientaciones en el desarrollo personal y social.