Descripción:
Los videoclips pueden clasificarse, tomando en cuenta su capacidad de generar una macroprosición, en argumentales y no argumentales. La estrategia más utilizada por los clips argumentales es la puesta en correlación entre fábula y trama y la utilización de frames y guiones altamente convencionalizados. En los no argumentales el modo de estructuración consiste en la alternancia constante entre la imagen del conjunto y/o cantante y el insert de imágenes. Las estrategias discursivas tanto en los argumentales como en los no argumentales son: un uso constante de metáforas y metonimias de alto contenido simbólico sumamente convencionalizado, el uso de la mirada del cantante a los ojos del espectador y la edición por corte intra e intertextual. Las proyecciones metafóricas y metonímicas en los clips operan como instrumentos de mediación semiótica que otorgan a los textos una lecturabilidad posible puesto que: los dotan de segmentos isotópicos, aseguran el funcionamiento de los clips como textos audiovisuales (dado que acortan las distancias entre el texto verbal y el icónico) y tornan visibles aspectos inobservables de la experiencia humana, generalmente estados afectivos.