Resumen:
América Latina comenzó su proceso de fortalecimiento y ascenso desde mediados de los años noventa del siglo pasado, habiendo consolidado esta perspectiva de desenvolvimiento a lo largo de los primeros quince años del Siglo XXI. El auge de los movimientos sociales contribuyó a la plasmación de unas izquierdas "moderadas" que reflexionaron sobre la importancia de convertirse en gobiernos en sus respectivos países. Así nacieron y difundieron los gobiernos llamados "progresistas" (también se les nombró como post-neoliberales, centro-izquierda, populistas de izquierda, nacional-populares, izquierda parlamentaria, entre otras) en gran parte de los países de la región. Esta experiencia habría durado cerca de quince años (2000-2015). Durante estos años los gobiernos neoliberales fueron retrocediendo y declinando y, a la vez, los gobiernos progresistas avanzaban y florecían, hasta que sucedió lo que no se había tenido presente. Después de quince años de ejercicio gubernamental, los gobiernos progresistas retrocedieron y declinaron, hasta que solamente quedaron algunos de pie: Bolivia, Uruguay, Venezuela y Nicaragua (estos dos últimos con muchos problemas pendientes y en crisis). E indudablemente se formularon muchas interrogantes sobre los errores económicos, políticos, sociales, culturales y geopolíticos cometidos por estos gobiernos progresistas. También se abordaron cuestiones sobre sus limitaciones y los obstáculos estructurales que encontraron en sus caminos. Además de que se trataba de sus primeras experiencias históricas gubernamentales.