Resumen:
Durante el decenio de 1980 se suscitaron en Centroamérica una serie de conflictos que amenazaron con escalar a una guerra regional generalizada y hasta a una confrontación abierta entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Los conflictos fueron provocados por la Revolución sandinista en Nicaragua, su radicalización y su acercamiento a La Habana y Moscú; los movimientos guerrilleros en El Salvador, y la escalada de la lucha revolucionaria en Guatemala. A esto hay que añadir la tolerancia de Costa Rica como santuario primero, de los sandinsitas y después, al radicalizarse Managua, en apoyo de los "contras", guerrilleros contrarrevolucionarios. También hay que incluir a Honduras y su papel como santuario de fuerzas hostiles a Nicaragua y base militar de contingentes norteamericanos. Por último debe mencionarse a Cuba y su involucramiento como proveedor de armas soviéticas a la guerrilla salvadoreña a través de Nicaragua y como contribuyente de combatientes en la lucha de resistencia a los "contras".
México, durante el gobierno de Miguel de la Madrid, se involucró en los conflictos como mediador en compañía de Colombia, Panamá y Venezuela, que formaron el grupo Contadora. Sin embargo, la paz en Centroamérica se logra después del fin del gobierno de Miguel de la Madrid, cuando las negociaciones están ya directamente en manos de los propios centroamericanos y cuando el colapso del socialismo europeo deja a los revolucionarios centroamericanos desamparados.
Sin embargo, la actuación de Contadora fue útil para evitar la escalada de los conflictos, inhibir una posible intervención militar abierta por parte de Washington y moderar a La Habana y por ende a los soviéticos. Este libro analiza en detalle los tres primeros años de Contadora.
