Resumen:
Entre 1995 y nuestros días el país y la Ciudad de México han experimentado una ola de criminalidad inédita en nuestra historia. La capital de nuestra nación transitó de un periodo de tasas criminales y fenómenos de violencia urbana menores, con tendencias descendentes a otro periodo con tasas altas y oscilantes, años de zozobra y de un clima permanente de inseguridad.
El cambio político y el ingreso de un partido de izquierda al gobierno de la ciudad abrieron una nueva era de políticas públicas formalmente más interesadas en responder a las necesidades y reclamos de la población. Como resultado parcial del cambio, la ciudad vive hoy una menor violencia, que persiste, pero que muestra los avances en los cambios realizados en las políticas públicas y en las policías de la ciudad. La violencia no desapareció, por el contrario, continúa, evolucionó a otras formas delictivas, pero al examinar la política urbana y las reacciones de la sociedad organizada, notamos mejorías en la vida urbana, aún más si la comparamos con la presente crisis nacional.
El libro examina la evolución de la criminalidad en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la metrópoli real, fragmentada por las divisiones políticas. Muestra cómo existe un patrón delictivo urbano sistemático en toda la mancha urbana, que supera la división política. Estima el tamaño del mundo criminal en la gran ciudad y las respuestas de los distintos gobiernos y de la sociedad hacia estas formas de violencia. Evalúa las políticas ejecutadas por los gobiernos locales y en particular la respuesta de un gobierno llamado de izquierda a la violencia, al ejercicio de la coerción estatal y a la búsqueda de una forma diferente de hacer justicia. Es el primer estudio que elabora una estimación completa del tamaño del mundo criminal en la metrópoli y de las respuestas de los gobiernos y la sociedad.
