En el siglo XXI se hace urgente una educación que se enraíce en nuestras fuerzas culturales, que desencadene la capacidad del trabajo transformador, la reflexión creativa, la consolidación de valores, la innovación; una educación que sepa beber la savia de la cultura universal en armonía con la naturaleza; una educación que permita compartir los conocimientos ancestrales y potenciar la capacidad de negociación internacional para concertar con los grandes movimientos del saber; una educación que permita auto-realizarse, auto-educarse, autogobernarse, se deben construir los escenarios para formar un ciudadano universal con tales características.
In the XXI century, an education that is rooted in our cultural forces becomes urgent, that unleashes the capacity for transformative work, creative reflection, the consolidation of values, innovation; an education that knows how to drink the sap of universal culture in harmony with nature; an education that allows the sharing of ancestral knowledge and enhances the international negotiation capacity to coordinate with the great movements of knowledge; an education that allows self-realization, self-education, self-governance, scenarios must be built to form a universal citizen with such characteristics.