Resumen:
La pandemia (COVID-19) sumió al planeta en el encierro y el aislamiento con secuelas de depresión, insomnio, angustia y otros males anímicos en la población. Resulta evidente que las personas suelen acostumbrarse al sufrimiento, a pesar de ser una contradicción que distingue a la condición humana. Las personas se conforman con lo que se les aparece como inevitable y hacen de la queja una práctica cotidiana con la que disimular los enigmas que impone la existencia. Este artículo va de las quejas de los seres humanos a la posible formalización de un enigma cuya resolución requiere de elecciones y decisiones. Aunque los modos de vida sin poder frecuentar lazos y espacios sociales retornen a la presencialidad, la angustia se presentifica: ¿qué hago aquí?, ¿cuál es mi deseo y mi actitud ante el amor?, ¿qué camino me conviene tomar?
y otras cruciales preguntas que serán abordadas en el presente artículo.