Resumen:
En 1986, cuando se realizó el XVI Congreso del Partido Comunista de la Argentina, se produjeron profundas críticas a la línea político-organizativa sostenida por la organización. El sector militante díscolo logró integrar y hegemonizar el Comité Central con fuerte apoyo de la juventud comunista. En ese marco de conmoción interna fueron delineados profundos cambios ideológicos y estratégicos que quedaron íntimamente relacionadas a las tesis políticas del “viraje”. Ello contribuyó a la explicación de un gran número de rupturas y disidencias posteriores que tuvieron diferentes características regionales. Nos centramos en el regional
Rosario y analizamos la federalización de los debates de la línea política del PC en la post-dictadura más allá de lo declarativo y de lo plasmado en documentos oficiales de la organización, indagando en la construcción de las subjetividades militantes.