Descripción:
Hasta hace unos veinte años, la filosofía dominante en América Latina solía definirse por el contexto cultural y civilizatorio del mestizaje y de la latinidad, es decir por un pensamiento enraizado en la academia con fuerte incidencia de los estándares europeos y norteamericanos. Aunque por más de un siglo, la filosofía en el continente había intentado emanciparse del veredicto hegeliano de ser “el eco fiel de lo que ocurre en el Viejo Mundo”, el punto de referencia de su especificidad no han sido las raíces ancestrales indígenas o la tradición africana, sino el resultado tangible de la Colonia: el mestizaje racial, la hibridez cultural y el sincretismo religioso.