Descripción:
Muchas de las políticas, estatutos y propuestas que orientan la práctica educativa de nuestro país, tienen su origen en intereses económicos y políticos que nada tienen que ver con el enriquecimiento y desarrollo de los implicados en el proceso escolar. Algunas regulaciones, guías disciplinarias y los exámenes estandarizados, promueven la segregación de ciertos grupos y el mantenimiento del estatus de otros. En este sentido, está en manos de los docentes la promoción de un modelo divergente que, a pesar de los lineamientos establecidos, estimule la igualdad y motive la inserción de todos los estudiantes al sistema social y productivo del país.