Gómez Molina, Juan F.; Gómez Molina, Ángela; Restrepo, Alberto A.
Descripción:
Una meta de la neurociencia ha sido estudiar el cerebro sin lesionarlo o perturbarlo. Pero la electricidad cerebral (EC) parece estar tan complejamente interconectada que cualquier intento de medirla puede alterarla. En efecto, el cerebro se empieza a ver como un conjunto interdependiente de diferentes tipos de circuitos: para la electricidad, la sangre, etc. Introducir detectores en el cerebro (ser “invasivo”) puede modificar señales eléctricas delicadas fluyendo a través de uniones gap, moléculas polares, canales cerca del umbral, fluidos cerebrales y células no neuronales. Realmente, los patrones y la sensibilidad de la EC global pueden solamente ser descritos probabilísticamente. ¿Sugiere esto que nosotros no podemos registrar las actividades de la mente en detalle?
¿Esta parte de nuestra mente “protegida”? Nosotros presentamos aquí algunas experiencias personales y una visión de los métodos para reducir estas perturbaciones de dos formas: 1) usando resonancia magnética y señales ópticas; 2) usando ingeniería inversa: calculando lo que la naturaleza quiere al diseñar el cerebro.