Descripción:
La definición y organización de determinado programa curricular, en áreas disciplinares o profesionales, están basadas en un conjunto de criterios y supuestos sobre su racionalidad y utilidad futuras para los estudiantes que a él acceden. A su vez, dichas racionalidad y utilidad están referidas a supuestos y expectativas sobre el futuro desempeño ocupacional del egresado. ¿En qué están basados estos supuestos y expectativas? ¿Cuál es la interpretación del contexto, tanto ocupacional como de desarrollo del conocimiento, que sustenta dichos supuestos y expectativas? ¿Qué tan determinante es el peso de la tradición, de las inercias, de los intereses creados y del conocimiento del pasado? ¿Qué capacidad existe de interpretación de los cambios y tendencias del presente, en el mundo del trabajo y del empleo; en los nuevos requerimientos de cualificación laboral; en las nuevas formas de organización, delimitación y producción de conocimientos; todos los cuales inciden significativamente sobre los criterios de organización curricular? ¿Cómo estos supuestos inciden en la definición de las prácticas de enseñanza y evaluación, las cuales coadyuvan a generar un determinado perfil ocupacional? ¿Cómo estos supuestos permiten adoptar otras formas y escenarios de aprendizaje que favorezcan a un egresado su inserción en el mundo del trabajo? Interrogantes estos de gran importancia en el proceso de organización y definición curricular. En este artículo se pretende presentar una breve síntesis de cuatro importantes vectores de cambio en la educación superior, señalando algunas de sus principales implicaciones de orden curricular.