Resumen:
Las zonas urbanas continúan convirtiéndose en el espacio deseado para todos, y más para los que viven en regiones con menores posibilidades y oportunidades hacia el desarrollo económico y profesional. Esta cuestión cada día se agudiza más en el Orbe y son incontables los flujos migratorios que se evidencian cada año; en el caso particular de Cuba, el fenómeno se constata desde la región oriental hacia la capital del país. Cada grupo social al migrar, llevan consigo sus prácticas, valores, estilos etc., que se convierten al arribar a su destino final, en mecanismos de defensa y sobrevivencia para enfrentar las disímiles dinámicas sociales que llegan a sus vidas muchas veces como nuevas. El presente estudio busca indagar acerca de cómo inciden en la actualidad las prácticas culturales de sujetos que se asientan en comunidades pobres urbanas, en los procesos de construcción de nuevas identidades sociales. A la vez se constatará si estas identidades sociales favorecen a los mecanismos de integración social. Para dar respuestas a estas interrogantes se diseñó una estrategia metodológica predominantemente cualitativa, que servirá de fuente de análisis acerca de las complejidades que dicha cuestión entraña y posibilitará el planteamiento de futuras hipótesis. La propuesta resulta relevante pues la dimensión sociocultural de la pobreza es un área poco trabajada, cuando la cultura puede convertirse o no en un elemento hegemónico que interpele o introduzca respuestas adaptativas a las condiciones de pobreza. El principal problema teórico, con efectos inmediatos sobre los métodos de análisis, es distinguir entre las iniciativas y contribuciones alternativas y de oposición que se producen dentro de -o en contra de- una hegemonía específica : la cultural.
