Resumen:
Durante los años 2003 y 2004 realicé un trabajo de investigación empírica en una de las zonas más pobres y relegadas del Gran Buenos Aires. Mi objetivo central era abordar cualitativamente las experiencias cotidianas de las familias que, ha- biendo padecido el deterioro de sus condiciones de vida y de trabajo, pasaron a integrar, en ese mismo derrotero y sin retorno, las filas de las “poblaciones- objeto” de los distintos programas sociales focalizados en la pobreza extrema. En el intento por comprender las transformaciones “identitarias” de esos actores, la condición territorial del problema se impuso de manera creciente. Se trataba de biografías especialmente marcadas por la relegación social y ur- bana, es decir, inscritas en una “territorialidad” particular.2 El Remanso, como se denominará al barrio que se constituyó en escenario de esa investigación, es un espacio del área metropolitana de Buenos Aires moldeado al calor de tres dinámicas: la “expoliación” de su paisaje y su contexto, la vulnerabilización y marginalización socio-laboral de sus habitantes, y su creciente aislamiento relativo. En efecto, en contraste con los muros deliberadamente alzados de las urbanizaciones cerradas, donde viven vecinos de altos ingresos, estos barrios fueron siendo “encerrados” a partir de la yuxtaposición de mecanismos estruc- turales de relegación: no sólo el objetivo y mensurable en sus niveles de conec- tividad, sino también el subjetivo, es decir, el generado desde las percepciones que tienen sus habitantes del lugar que ocupan, y de las distancias respecto de la sociedad y la ciudad vista en perspectiva.