Descripción:
El objetivo de este artículo es ofrecer una interpretación del cuento Tristán, de Thomas Mann, en clave órfica y en la frontera mito -historia, descenso-reconocimiento y ascenso-autoposesión, a fin de valorar la experiencia del pathos humano supremo, el amor, y de su objeto constante, la belleza. Entre los resultados, se determina que las condiciones de tal experiencia se juegan en la frontera mito -historia, entendiendo que el mito -espacio de unión dioses -hombres- la promueve y la historia -territorio antimetafísico- la limita y condena. De ahí la necesaria culminación en muerte, transmutada en vida absoluta. Entre las aportaciones, se postula una lectura en tiempo presente del arte musical y su transferencia en sentido catártico; se proponen dos preguntas partiendo del cuento: qué relación nutricia está pendiente en el binomio vida-arte y qué posibilidad tenemos de transfigurar la experiencia estética en religiosa.