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Título : Piratas en vuelo en la Isla de los Pájaros
Palabras clave : Fauna
Editorial : Ecofronteras
Descripción : La fragata magnífica es un ave marina identificada por su silueta elegante, maniobras en vuelo, buche rojo en el cortejo, así como por los métodos intimidatorios que inspiraron su nombre de barco de guerra. Es el principal atractivo de la Isla de los Pájaros, un pequeño islote de mangle cerca de Santa Brígida, Chiapas, sitio que no se encuentra bajo protección, pero debería estarlo de manera prioritaria. Este artículo se realizó como una actividad del programa “Becas de preparación para el Posgrado de ECOSUR como asistentes de proyectos de investigación”.   Un paraíso de aves En la laguna Mar Muerto, ubicada entre los estados de Oaxaca y Chiapas, se encuentra un pequeño y peculiar islote conocido por los pobladores de Santa Brígida, municipio de Arriaga, como la Isla de Los Pájaros. Su área mide cerca de medio kilómetro cuadrado y su vegetación se compone principalmente de mangle negro (Avicenia germinans) y rojo (Rizophora mangle). Debido al tipo de suelo y la influencia de la marea, se forman planicies lodosas y cuerpos de agua somera, que funcionan como sitios ideales para la coexistencia de varias especies de fauna. La isla se encuentra a unos 30 minutos de Santa Brígida. Es una colonia reproductiva para numerosas especies de aves y ofrece un increíble escenario de colores, siluetas, plumajes y graznidos que la hacen un paraíso. Se pueden ver patos sobre la superficie del agua, garzas vadeando sitios poco profundos, chorlitos y playeros picoteando el sustrato blando en las orillas de la isla. Los pijijis se escuchan ir y venir con su característico silbido, y se aprecian cormoranes disfrutando del sol mientras secan sus plumas, ibis y espátulas rosadas con sus peculiares picos, y muchas especies más. Pero sin duda alguna, el mejor espectáculo lo dan fragatas magníficas (Fregata magnificens), que se apoderan de los cielos y los mangles de la isla en cantidades impresionantes. Como otras aves marinas, solo se reproducen en tierra firme y el resto del tiempo lo pasan en el mar. Con su singular elegancia en vuelo, resultan inconfundibles por sus alas largas y puntiagudas que les permiten realizar perfectas maniobras en el aire; tienen una cola en forma de tijereta, por lo cual en algunas comunidades aledañas a la isla las conocen como tijeretas o rabihorcados.1 Gran tamaño y poco peso De las cinco especies de fragatas que existen en el mundo (Fregata aquila, F. minor, F. ariel, F. andrewsi y F. magnificens) solo una se reproduce en México: la fragata magnífica, que habita en las costas del Caribe, el Pacífico y el Atlántico, y es la de mayor tamaño. A diferencia de las otras, sus actividades están principalmente asociadas a los ambientes costeros, como en la Isla de los Pájaros, donde encuentran comida y una extensa cobertura de mangle ideal para anidar y descansar. Miden entre 89 y 114 centímetros desde la punta del pico hasta la punta de la cola y alcanzan más de dos metros de envergadura (de una punta del ala a la otra). A pesar de su gran tamaño, su esqueleto es muy ligero; pesan entre 900 y 1,900 gramos; las hembras son más grandes y un poco más pesadas que los machos. El gran tamaño combinado con su ligereza, hace a las fragatas unas perfectas maestras del aire que se remontan sin esfuerzo sobre el mar.  Otra característica distintiva es su pico gris y largo que termina en gancho y les sirve para capturar presas en la superficie del agua. Con sus patas cortas y prensiles se aferran a las ramas, de modo que pueden dormir en lugares altos y emprenden el vuelo rápidamente. En casi toda la isla se observan cientos de fragatas en continua actividad: volando, perchando sobre el manglar, elevándose en los cielos. En este paisaje abigarrado, destacan los machos adultos con su plumaje negro brillante y su buche rojo que inflan en momentos de galanteo.  ¡Aves de guerra! Las fragatas permanecen horas en el aire remontándose, buscando alimento o vigilando a otras aves para robar comida. Al contrario de los patos y otras especies acuáticas, no nadan porque su plumaje no es impermeable y no pueden sumergirse para buscar comida. Esto lo compensan con una excelente técnica: al volar sobre el agua sumergen el pico para capturar peces voladores y calamares que se desplazan cerca de la superficie. No obstante, tienen otros métodos para alimentarse. Su fama como piratas se debe a que son cleptoparásitas: pasan mucho tiempo rondando a otras aves, principalmente cormoranes y gaviotas, a las que persiguen sin piedad, las picotean y las intimidan hasta obligarlas a soltar el alimento o a regurgitarlo, y las fragatas lo atrapan antes de caer al agua. Los hábitos de atacar e intimidar dieron origen a su nombre, que hace referencia a los barcos de guerra llamados fragatas. Estas piratas también merodean cerca de los cayucos, esperando que los pescadores limpien las redes o desechen las vísceras de los peces, pues saben que ahí tendrán alimento seguro. Para colmo, algunas francamente atrevidas arrebatan los peces de las manos de la gente. Garganta carmesí en acción En diferentes meses, principalmente agosto y abril, los mangles de la isla se llenan de rojo carmesí, plumajes iridiscentes y sonidos que parecen tamborileos. Cientos de fragatas empiezan la labor de cortejo, ya que ha llegado la hora de reproducirse. Los machos experimentan cambios hormonales y muestran un saco gular inflable en la garganta (buche), muy grande y de color rojo carmesí. Forman pequeños grupos y cuando las hembras empiezan a volar sobre la colonia en busca de pareja, ellos entran en acción y exhiben sus buches rojos inflados al máximo; además, extienden las alas haciéndolas vibrar, echan la cabeza hacia atrás, emiten llamados estridentes y chasquean el pico en el saco de su garganta, que funciona como una caja de resonancia. El espectáculo es verdaderamente impresionante. Si una hembra se muestra interesada, aterriza y se queda junto al macho elegido; una vez que lo acepta, empieza la construcción del nido entre los dos. Él va en busca de ramitas flotantes que ella acomoda con cuidado. Los nidos son construidos sobre el mangle, y en un mismo matorral llega a haber más de seis parejas. Como es de esperarse, el ambiente se impregna de vocalizaciones ensordecedoras, disputas y un constante movimiento de fragatas. Aunque el nido no es tan elaborado, resulta complicado conseguir el material necesario. Los machos se convierten de nuevo en piratas y toman ventaja sobre los cormoranes tropicales y algunas garzas. Desfilan uno tras otro para robar el material de los nidos, sin importar que haya hembras incubando. Aunque este comportamiento parezca abusivo, es lo que les ha facilitado la sobrevivencia. La hembra normalmente pone un huevo de color blanco, que incuban ambos padres y juntos cuidan a la cría. El macho deja de hacerlo cuando el polluelo tiene 12 semanas, por lo que es común ver a las hembras alimentando a los juveniles en el nido, que lucen tan grandes como sus padres. Después de unos cinco o seis meses, el joven deja el nido, pero su madre le da de comer durante nueve meses más. Como toda ave marina, las crías presentan un desarrollo lento y tardan en alcanzar el tamaño adulto y la madurez sexual. Viven hasta 40 años. Situación de la Isla de Los Pájaros La dependencia de las fragatas a la Isla de Los Pájaros es vital. Lamentablemente, como en otros ecosistemas costeros, los problemas van en aumento por la tala del mangle, la acumulación y quema de basura, la introducción de animales domésticos que pueden alterar el equilibrio ecológico. Si bien no se ha evaluado el efecto de las actividades humanas sobre la población de aves, la protección y el manejo del área deberían ser una prioridad regional. La fragata magnífica no se encuentra en riesgo, pero otras especies sí, como la garza rojiza, el charrán mínimo y la cigüeña americana, que están bajo protección especial por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. Por lo tanto, es importante continuar con los estudios sobre la ecología de las aves de la isla a mediano y largo plazo, lo cual podría ser un buen aporte para el resguardo del lugar. Por otra parte, los habitantes de este paraíso también enfrentan fenómenos meteorológicos que a veces son catastróficos, como ocurrió durante el huracán Bárbara en 2013. Sin embargo, la capacidad de muchas especies para adaptarse, como ocurre con la fragata magnífica, ha permitido mantener los mangles y el cielo de la isla llenos de siluetas y vuelos perfectos que imponen respeto y admiración.   Tipos de vuelo No todas las aves se desplazan del mismo modo, pues la forma de sus alas determina, en parte, su forma de volar. También pueden combinar varios modos de vuelo. Uno muy común es el vuelo batido, que consiste en mover enérgicamente las alas para el despegue y dar aleteos frecuentes de arriba abajo para mantenerse en el aire, cambiar de altitud, de velocidad y maniobrar. Una variante es el revoloteo, en el que se mantienen un lugar fijo mediante potentes movimientos de alas, como hacen los colibrís con gran maestría. Es común que las aves aprovechen las corrientes de aire para ahorrar energía muscular; en ese sentido, el planeo en tierra es propio de las especies con alas anchas, mientras que el planeo en alta mar o veleo lo realizan aves con alas largas, diseñadas para aprovechar las corrientes horizontales responsables de la formación de las olas. El remonte es un vuelo a nivel o en ascenso con las alas extendidas y quietas; es una forma especial de planeo que únicamente puede darse cuando existe viento con un componente ascendente. Fuentes: El dominio del aire, Adolfo Navarro y Hesiquio Benítez, Fondo de Cultura Económica, en http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_9.htm; El libro del vuelo de las aves, Francisco Escarti, en https://elsecretodelospajaros.net/2014/01/06/el-vuelo-de-las-aves   1Revisar Ecofronteras 39, 2010: “Vivir y persistir: La supervivencia del rabihorcado”, http://revistas.ecosur.mx/ecofronteras   Ghelen Mera Ortiz es becaria del Departamento de Conservación de la Biodiversidad ECOSUR San Cristóbal (mera_ortiz18@hotmail.com).     Ecofronteras, 2017, vol. 21, núm. 61, pp. 22-25, ISSN 2007-4549. Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a llopez@ecosur.mx
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Otros identificadores : https://revistas.ecosur.mx/ecofronteras/index.php/eco/article/view/1737
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