Descripción:
En las últimas décadas se ha desarrollado una verdadera industria artesanal de comentarios, críticas y reiteraciones de la así llamada teoría de la secularización. No voy a ahondar aquí en los detalles de lo que ha sido una discusión exagerada en el ámbito de la sociología de la religión. Simplemente intentaré reafirmar el postulado principal de la teoría: fundamentalmente, que la modernidad necesariamente trae aparejado un declive de la religión. Creo que esta proposición ha sido falsificada empíricamente. Sería útil sintetizar los pasos que me llevaron a esa conclusión, no porque mi trayectoria sea inusual sino porque, precisamente, no es para nada inusual: la mayoría de los observadores ha arribado a la misma conclusión.