Descripción:
La vorágine de violencia extrema que asola a nuestras sociedades, en particular a nuestra ciudad, es ciertamente cuantificable, pero aún no es medible en términos cualitativos, en concreto, en cuanto a sus efectos sociales, culturales, familiares, comunitarios, económicos a mediano y largo plazo. Para ello, necesitaremos la distancia temporal prudente, y también, como un presupuesto lógico, es necesario que esta vorágine llegue a su fin; mientras dure, no será posible evaluar sus infaustos efectos en la vida de nuestra ciudad.