Resumen:
Esta cuarta etapa del amor, la del “desposorio”, nos confronta con lo más responsable y profundo del amor: las nupcias, que conducen a la unión más profunda. Es la etapa “mística” por excelencia, por la que toda alma enamorada suspira, y por la que cambiaría todas las riquezas y los goces de este mundo, con tal de poseerla.
Si nos preguntamos: ¿Quién puede llegar a esta etapa tan sublime? Se respondería que todo aquel que quiera, incluyendo principalmente a la gente pobre y sencilla, que sabe amar a Dios y al prójimo sin artificios. Dejemos que este tipo de personas nos hable. Mejor, pidámosles permiso para convertir en versos la experiencia que ellas nos han comunicado sobre el amor, a lo largo de sus propias y ricas historias.