Descripción:
Este artículo se propone analizar cómo, mujeres que encarnan diversas desigualdades -por género, raza, etnia, orientación sexual, identidad de género y religión-, produjeron un tecnofeminismo interseccional, para posicionarse contra el posfascismo que promovió Jair Bolsonaro durante su campaña presidencial de 2018, la cual evidenció sus alianzas con un sector evangélico, predominantemente pentecostal y neopentecostal, así como sus afinidades con un modelo neoliberal. Para ello, se recurrió a una estrategia metodológica fundamentada en la etnografía digital, por medio de la cual se estudiaron las tácticas tecnopolíticas -entre internet y la calle- que el grupo en Facebook Mujeres Unidas contra Bolsonaro articuló.