Descripción:
La gente que vive en áreas fronterizas es ambigua porque participa de ambas naciones y, al mismo tiempo, no participa de ninguna de ellas. Este escrito analiza cómo la frontera -el poder para imponer la diferencia- de Estados Unidos y México está siendo corroída por los desarrollos transnacionales, causando que la estructura de los estados-nación se vuelva problemática. En la medida en que la antropología es una disciplina oficial centrada en la distinción entre el Yo y el Otro extraño, al cual presume representar, el deterioro de los límites y fronteras del Estado-nación tiene serias implicaciones para su epistemología y legitimidad y su poder de representación de comunidades transnacionales y de la diferencia en general. Además, mientras declinan las distinciones nacionales, la etnicidad emerge como una conciencia de la diferencia.