Descripción:
Las ciencias sociales tienden a oscilar entre una teoría del sujeto y una teoría del agente. La primera postula el primado del individuo como motor de toda acción. Por consiguiente, lo esencial de lo que ocurre en la sociedad se explica por fuerzas psicológicas inherentes al individuo. La teoría del agente defiende la posición inversa: sólo cuentan las estructuras sociales (entendidas en sentido amplio). Éstas constituirían factores poderosos que determinan la producción de la sociedad bajo todos sus aspectos. Los individuos y los grupos no serían más que la expresión de fuerzas sociales estructuradas a nivel macro, prácticamente sin margen de libertad. Serían como marionetas que se comportan estrictamente en función de un escenario socio-cultural y sociopolítico, así como también de un sistema dado de aparatos socio-económicos. Esta manera de ver las cosas puede encontrarse en el marxismo mecanicista y en el sistemismo de tipo Luhmann.