Resumen:
Este libro es una toma de posición política a favor del movimiento indígena. También es un rechazo a la ideología del monismo jurídico a la vez que una aceptación de la posición teórica del pluralismo jurídico. La obra también es singular porque adopta un punto de vista aún menos frecuente en la enseñanza jurídica tracicional: la crítica jurídica que ha buscado respuesta en la filosofía del lenguaje y en la semiótica. Se trata de que, al margen de la tradición de las escuelas de leyes, y casi sin ayuda de los estudiosos del lenguaje, los juristas más atrevidos encontraron en la filosofía y la semiótica los carriles por donde hacer andar formas novedosas y certeras para estudiar -críticamente, sin apologías vergonzosas- la normatividad como centro de la vida humana.