La cultura es una de las condicionantes para la estructura interna del artefacto y, por ende, para la estabilización del mismo. Sus alcances, dimensiones y relevancia son, por igual claves pero implican una dimensión externa, sientan las bases para que se de o deje de dar una transferencia que, como consecuencia traiga un estilo tecnológico. El contexto en el que se dio el proyecto Viajero (Voyager) es el de la última fase de la guerra fría, cuando la carrera espacial se define claramente a favor de los Estados Unidos. No resultaría extraño comprender, en este marco, la fuerte carga simbólica que reviste a un dispositivo tecnológico que no sólo obedece a un estilo tecnológico sino que porta, más que nada, un mensaje que se dirige a un público que es la humanidad misma.