Descripción:
Alguna vez se dijo que la fiesta popular moriría en el medioambiente propio de las sociedades industrializadas. Se dijo que, rota la comunidad rural, las fiestas y el ritual se desmenuzarían, perdidos su sentido y fuerza de cohesión. Lejos de ser así, la fiesta todavía es un mecanismo ritual que las sociedades, sean de la tesitura que sean, utilizan periódicamente con un fin terapéutico. La fiesta cose, fabrica coágulos sociales, y lo hace allí donde parecía que la modernidad acabaría con las formas arcaicas de sociabilidad. La fiesta es un campo de batalla simbólico, cuando los grupos sociales, a veces antagónicos, exigen celebrar la calle y la plaza