Resumen:
La vida juvenil, la chacra, el funcionamiento cotidiano de los asentamientos campesinos, los ámbitos educativos, los espacios de divertimento y vida personal, están atravesados por la militarización. Cotidianamente, en las comunidades rurales de San Pedro y Concepción, suceden controles y acciones militares varias por parte de las FTC. De repente, en menos de cinco años, la FTC pasó a ser un grupo de instituciones de coacción que, en vez de traer seguridad, genera lo contrario y consolida las asimetrías de poder. "En Arroyito hubo un caso en donde la FTC allanó la casa de una familia, el joven salió corriendo y lo acribillaron, le mataron. Desde ese momento hay esa zozobra, esa incertidumbre, porque uno piensa en lo que puede pasar si se allanan nuestras casas". Conversar en rondas con distintos jóvenes norteños, rurales y urbanos, mujeres y hombres, ha implicado un ejercicio de escucha de enseñanzas de microescenas de inseguridad, relatos de graves y sutiles atropellos a sus derechos, de historias como víctimas y testigos, que los posiciona como expertos y protagonistas de sus territorios, con saberes, sus dudas y preguntas. En primer término, muchas de las vivencias de la gente joven están vinculadas al clima de militarización.