Resumen:
La trayectoria de los mercados financieros durante los 5 años transcurridos desde la quiebra del Lehman Brothers en septiembre del 2008, no fue favorable debido esencialmente a la crisis de deuda soberana en la Unión Europea y la fragilidad de la economía estadounidense en términos de crecimiento, déficit fiscal y endeudamiento. Para atenuar los problemas, disminuir los riesgos e imprimir confianza a los inversionistas, las autoridades monetarias de las naciones industrializadas reforzaron sus políticas monetarias expansivas, pero el impacto de estas no fue suficiente para reanimar el crédito, la producción y el consumo en niveles que permitan superar la inestabilidad dominante en los principales mercados cambiarios, bancarios y bursátiles del mundo.