China ha fortalecido su sistema financiero interno y ha venido emergiendo como un actor de peso en las finanzas internacionales desde que comenzó su reforma financiera. Sin embargo, en 2015 se produjeron algunos sucesos, en particular relacionados con el valor de su moneda y el comportamiento de su mercado de valores, que han suscitado cuestionamientos acerca de la solidez financiera del país. El objetivo del presente artículo es mostrar la actual situación financiera de China y argumentar que, aunque la misma se presenta bastante complicada, no es de esperar un colapso en el corto plazo.