Resumen:
Durante el año 2016 se produjo una gradual disminución de los riesgos que a corto plazo alimentan la inestabilidad financiera internacional. En ello incidieron el desempeño macroeconómico más favorable de las economías desarrolladas, las mejores perspectivas de mercados emergentes, los precios más altos de los productos básicos y el mantenimiento del sesgo expansivo en las políticas monetarias de la Eurozona, Japón, Inglaterra y Estados Unidos. La mayor confianza y liquidez mejoraron el clima de inversión y neutralizaron el impacto negativo que tuvieron ciertos acontecimientos en los mercados bursátiles, bancarios y de divisas, como fueron el referéndum para determinar la salida del Reino Unido de la Unión Europea y las elecciones presidenciales en Estados Unidos.