"Durante los últimos años, Perú ha mostrado signos de estabilidad macroeconómica, lo que se ha traducido en cuentas superavitarias y en un buen nivel de reservas internacionales en la coyuntura de la actual crisis financiera. El país ha mantenido una tasa de crecimiento de 6% y una inflación por debajo del 4%. El crecimiento se ha sustentado esencialmente en la demanda interna, es decir, la asociada a los sectores de la construcción, manufactura de textiles, agroindustria y servicios. Sin embargo, este buen desempeño económico no lo ha hecho inmune a los efectos de la crisis: en el año 2008, la tasa de crecimiento del PIB fue de 8.9% y hasta enero de 2009 se desaceleró por cuarto mes consecutivo y registró una variación de 3.14%, la menor desde junio de 2004. Los efectos de la crisis se están dando a través de cuatro canales: una menor demanda externa, que se verá reflejada principalmente en una menor cantidad de exportaciones no tradicionales; el deterioro de los precios de exportación, que afecta a las exportaciones de productos tradicionales (minerales) y a los ingresos fiscales (por una menor recaudación); tasas de interés al alza, debido a la escasez de liquidez internacional; y un menor flujo de capitales externos (créditos privados y públicos, y remesas)."–página 2.
Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural; Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)