Descripción:
La Guerra de la Independencia otorgó a los sectores populares un inesperado protagonismo histórico que, mediante diversas formas de movilización social —las juntas y la guerrilla—, les permitió experimentar una nueva organización política, ciertamente, más participativa y representativa. Merced a la revolución abanderada por Riego la organización de la Milicia Nacional Voluntaria a cargo del gobierno municipal permitió a la ciudadanía armarse con el fin de defender los derechos y libertades concedidos por la Constitución de 1812. Tras la segunda restauración en el trono de Fernando VII la formación de los cuerpos de Voluntarios Realistas permitió a la oligarquía local que dominaba el Ayuntamiento de la ciudad ilerdense designar a los oficiales, estableciéndose así un poder armado capaz de controlar la esfera pública y la vida cotidiana.