El presente trabajo atiende aspectos poco valorados dentro de la historia social jalisciense. Indaga sobre las representaciones que, desde diversas esferas de la opinión pública de la Guadalajara decimonónica, se vertieron sobre sectores sociales que fueron marginados de la vida laboral y pública, en este caso, las mujeres como servidoras domésticas. El artículo propone el estudio de las opiniones giradas en torno a la ociosidad y conductas parasitarias en función de que para los hombres que enarbolaron el liberalismo y promovían los valores de la ciudadanía, la ociosidad de los sectores populares debía desaparecer o a lo menos ser debidamente supervisada. Se sostiene que lejos de haber sido una política dirigida exclusivamente a los hombres, se hizo lo mismo hacia las mujeres al tratar de identificar los espacios en donde ellas podían degenerar y amenazar la seguridad y el bienestar moral de la sociedad y las familias tapatías. En un segundo momento, el discurso de la opinión pública será confrontado con algunos estudios de caso que dan cuenta de la vida y experiencias de algunas servidoras domésticas que, al buscar estabilidad bajo el techo de algunas familias de la ciudad, fueron receptoras de algún grado de confianza. De abusar de ella, las élites ya venían demandando las leyes que las protegerían ante cualquier desvío y atrevimiento de sus empleados.