Resumen:
En lo profundo de las selvas más alejadas de las ciudades y pueblos amazónicos colombianos, como San José del Guaviare y Mitú, Araracuara y La Chorrera, La Pedrera o Tarapacá, en medio de estos sitios, todavía hoy, los sabedores y chamanes de los grupos indígenas aislados de la civilización occidental están pensando en el mundo que los rodea: gente blanca o caribas que han querido contactarlos en medio de cantos religiosos en una lengua incomprensible, aviones que pasan en sus rutas de Bogotá a Leticia, guerrilleros que recorren armados sus caminos, extraños caminantes con caras codiciosas cargando bateas y palas, que pasan por su territorio en busca de quién sabe qué, barcos inmensos iluminados en la noche, lavando las arenas auríferas del río Puré.