Este artículo reseña la inserción del Uruguay en la economía internacional en el período comprendido entre 1870 y 1913, a la luz del proceso de modernización. Paralelamente se pretende abordar tal inserción desde la óptica de las profundos cambios institucionales producidos en el país durante ese período. En tal sentido, el argumento central es que la incorporación del Uruguay moderno en los mercados del capitalismo mundial no solo se entiende a partir del impulso exportador de las potencias industriales (factor externo), sino que se explica en un alto grado por los cambios institucionales precesados en el ámbito local (factor interno) que generaron las condiciones para responder -con relativo éxito- a tal demanda.