Resumen:
Este estudio demuestra que el mercado de trabajo no es neutro, ni se rige por principios de justicia social y equidad, puesto que en él operan diversas discriminaciones, según aspectos de género, étnico-racial y de estratificación social. En el caso particular de las mujeres negras, la situación de marginalidad y exclusión se da: primero, por no permitirles adquirir dotaciones de capital humano para insertarse de manera adecuada en la fuerza de trabajo, educación, acceso a salud, oportunidades de desarrollo personal, entre otros (discriminación premercado); y segundo, porque una vez desarrolladas estas capacidades y habilidades de incorporación efectiva, siguen siendo discriminadas, lo que impiden su ubicación en posiciones laborales en el sector formal (discriminación de mercado).